Resultados de Laboratorio
Para conocer más sobre el reflujo gastroesofágico (nombre clínico de este padecimiento) se entrevistó al Dr. Edgardo Suárez Morán, gastroenterólogo del Hospital Angeles Mocel.
El reflujo gastroesofágico es una de las enfermedades más recurrentes del esófago, con una prevalencia de hasta un 40% en los adultos mexicanos. Aunque genera uno de los más altos índices de automedicación, en muchos casos puede pasar desapercibido hasta por los médicos; sin embargo, sus consecuencias extremas pueden llegar al cáncer.
¿Qué es el reflujo gastroesofágico?
Es una de las enfermedades más frecuentes, por no decir la más frecuente del tubo digestivo. Ocupa aproximadamente un 30 ó 40 % de todas las enfermedades, y en algunos países ha motivado una "automedicación indiscriminada".
¿Cómo se manifiesta?
Existen dos tipos de manifestaciones: típicas y las atípicas. Entre las manifestaciones típicas se presentan la pirosis o agruras, que es una sensación de ardor o quemazón en el pecho; halitosis (mal aliento), eructos o regurgitación, que consiste regresar el alimento semitriturado o semidigerido.
Las manifestaciones atípicas presentan el riesgo de pasar desapercibidos. Quienes presentan padecimientos otorrinolaringológicos crónicos como laringitis, sinusitis, dolor toráxico de origen no coronario; que deglutan con un dolor parecido a la angina de pecho o al infarto, puede padecer RGE.
El esófago es la gran víctima del reflujo... ¿Por qué?
En principio el estómago está acostumbrado a la acidez; ya que maneja niveles de PH menores de 4, que son muy ácidos. También maneja bilis, que posee una impresionante facultad para quemar. Cuando todo esto pasa al esófago, que no está acostumbrado a ello, se lastima. Puede llegar a ulcerarse o a cambiar la constitución de su tejido, (conocido como Metaplasia de Barret, un padecimiento que está asociado al cáncer de esófago.
¿Qué tan grave puede ser y qué tan constante es su presencia en la población mexicana?
Por principio es considerada una enfermedad porque modifica totalmente la vida del individuo. Aunque en México no tenemos cifras concretas, creo que el porcentaje es parecido al de Estados Unidos, entre un 30 ó 40% de frecuencia.
¿Hay una edad en la que se presenta con mayor recurrencia?
En los adultos es frecuente en personas de 70 años o más, porque la válvula esofágica (músculo que mantiene el flujo del alimento en una sola dirección, del esófago al estómago), ya no tiene tono muscular. Entre los jóvenes puede deberse a problemas emocionales que les provocan anorexia o la bulimia.
¿Cuáles son las causas más comunes del reflujo gastroesofágico?
¿Qué se debe hacer cuando se tienen agruras?
Ante los síntomas clásicos hay que limitar los alimentos irritantes, seguir una dieta y dormir con la cama elevada unos 20 centímetros (a la altura de la cabeza) para evitar que el reflujo llegue a los pulmones y haya riesgo de bronco-aspiración.
¿Qué tanto se puede reducir tomando estas medidas?
Para quien padece reflujo clásico, lo puede reducir hasta en un 50%. Pero es necesario el fármaco para bloquear la producción del ácido. Es importante señalar, sin embargo, que el abuso puede provocar consecuencias graves. Si en un lapso de cuatro o seis semanas el paciente no siente mejoría o la siente, pero vuelve a sentirse mal en cuanto deja el medicamento, es momento de asistir con el gastroenterólogo.
¿En que tipo de pruebas se basa el especialista para el diagnóstico?
El estudio ideal para diagnosticar el reflujo gastroesofágico es la Ph-metría (medición del Ph), que consiste en el monitoreo de la cantidad de ácido o bilis en el esófago en 24 horas. Se miden cuántos eventos de reflujo, mayores de cinco minutos, presenta el paciente. Si hay más de tres se considera reflujo patológico. Otros estudios menos precisos son la endoscopía, (su eficiencia es hasta de un 70 %); y el estudio radiográfico que prácticamente ya no se utiliza para este tipo de diagnóstico.
¿En qué consiste la Ph-metría?
Se retira el medicamento que esté tomando el paciente por una semana, para que no influya en el resultado. Se le administran unas gotitas de un anestésico local e intubamos con catéteres de vinil de .35 mm que llevan unos sensores, y mediante un programa de computadora se recaba la presencia de reflujo y determinamos si es fisiológico o patológico.
¿Cuál es el tratamiento médico para el reflujo?
Es sencillo; consiste en seguir una dieta sin jitomate, grasas, leguminosas, entre otros alimentos y una postura que eleve la cabeza y parte del tórax. Los individuos con síntomas atípicos, se medican entre 6 a 8 semanas o más, si es necesario. Cada persona responderá de manera diferente al tratamiento pero, se quiera o no, después de cierto tiempo los fármacos tendrán efectos secundarios, además pueden resultar muy costosos.
¿Qué sucede cuando se abusa del medicamento?
En un lapso de 2 ó 3 años pueden provocar "piedras" en el riñón (litiasis renal), aumentar el crecimiento de la glándula mamaria en los hombres o estimular la producción de leche, y en algunos casos la disminución de la líbido, entre otros.
¿Existen otras opciones de tratamiento?
Sí, en algunos casos es necesaria la intervención quirúrgica, que en mi opinión es la mejor. Consiste en modificar la arquitectura de la válvula, hacerla más competente, subiendo el fondo del estómago.
¿De qué manera podemos prevenir el reflujo gastroesofágico?
Lo primero sería evitar el tabaco, pues los fumadores presentan reflujo en forma recurrente, comer bien y evitando los irritantes y no irse a acostar después de una cena abundante o evitar grandes ingestas.
¿Cuáles son los tratamientos no recomendados?
No se recomienda tomar remedios caseros como bicarbonato, leche, yogurt, pastillas antiácidas o sal de uvas, que son remedios muy arcaicos. Hay que consultar al médico y conocer los excelentes medicamentos con que se cuenta actualmente, especialmente diseñados para disminuir la acidez.
Si requiere de mayor información llene nuestra forma de cont@cto.