Resultados de Laboratorio
La mayoría de las personas tiene conocimiento de la existencia de los "clásicos" trastornos alimentarios, anorexia y bulimia, sin embargo, desconocen el Síndrome del Atracón, el cual es un desorden que se presenta cuando un individuo siente el impulso de ingerir grandes cantidades de comida en menos de dos horas de forma incontrolada. Quienes sufren de este trastorno presentan una combinación de síntomas similares a los comedores compulsivos y bulímicos. También se le considera una patología psiquiátrica al provocar alteraciones en los impulsos y deseos ante la comida, comentan los expertos.
El Síndrome del Atracón afecta al 33% de las personas obesas y está ligado a padecimientos como la depresión y la ansiedad. En el país hay 32 millones de obesos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de éstos la tercera parte sufre "del atracón", es decir 10 millones 890 de mexicanos.
Los expertos afirman que, por lo regular, las personas que realizan el atracón lo hacen para esconderse o huir de sus problemas, para llenar un vacío interno y evadir el estrés diario, la angustia y el dolor.
A diferencia de la bulimia, las personas con este desorden no utilizan ningún medio de purgación después de los episodios de comida, pues en la bulimia se utiliza como un castigo por hacer cosas "malas", o por el simple hecho de sentirse mal sobre lo que son.
La persona que padece el Síndrome del atracón tiene riesgos de sufrir ataques cardíacos, alta presión sanguínea y colesterol, daño o pérdida del riñón o artitris. Los síntomas de este padecimiento son comer mucho más rápido de lo normal, al terminar de ingerir sentirse desagradablemente lleno, ingestarse de grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre, comer a solas para esconder la voracidad, sentirse a disgusto con uno mismo, padecer depresión o gran culpabilidad después de saciar el impulso de comer.
Al inicio del cuadro suele aparecer una preocupación excesiva por el peso y el aspecto del cuerpo, estando muy influidas por la creencia de que la forma corporal o la delgadez sirven para determinar el valor personal e incluso el éxito en la vida. Son frecuentes pensamientos como "estoy demasiado gorda, para gustar debo estar delgada, no me puedo controlar, si estuviese más delgada sería más feliz, tendría más autoestima y conseguiría más cosas..."
En algún momento estos pensamientos puede tenerlos cualquier persona, sin que den lugar a una problema de salud mayor, no obstante, cuando estas ideas se hacen demasiado intensas, provocando una obsesión o una necesidad, se convierte en una patología, transformándose en un tema de preocupación continuo y obsesivo que produce un gran malestar y ansiedad no sólo para aquél que lo padece, sino también para las personas más cercanas a él.